domingo, 29 de noviembre de 2009

FUENTES LITERARIAS

Las fuentes aurorales de Ciro Alegría fueron diversas, pero entre las estrictamente personales encontramos dos: su familia y los narradores populares.

Entre su familia encontramos en primer lugar a sus padres José Eliseo Alegría Lynch y María Herminia Bazán Lynch, ambos tenían una gran afición hacia las letras, y les toco jugar un papel en su proceso formativo. Su padre fue quien le enseñó a leer mientras se encontraba enfermo, además de proporcionarle una amplia gama de libros que poseía en su biblioteca personal; por otro lado, su madre lo estimulaba en la lectura y se convirtió en su confidente literaria.

También se debe mencionar a su tía Rosa Alegría Lynch, una mujer vinculada al mundo de las letras y una crítica aguda en asuntos literarios, y por si fuera poco una descubridora de nuevos valores literarios; es por ella que Ciro conoce al vate César Vallejo y por quién aumenta su amor a la poesía. Ciro Alegría la menciona en sus memorias:

“Mi tía Rosa, muchachuela de inquieto espíritu a quien la censura familiar sólo permitía leer libros inocuos, habíase encantado con La isla misteriosa de Julio Verne, y más con el personaje central de la obra, llamado precisamente Ciro. Escribió entonces a mi padre, pidiéndole que me pusiera tal nombre y él, que tenía gran cariño por la hermanita leedora, así lo hizo. Años más tarde, siendo a la vez un muchacho lector de Julio Verne, recorrí las páginas de La isla misteriosa con acrecentada curiosidad. El ingeniero Ciro Smith, que llega con algunos más a una isla deshabitada, para mayor conflicto en un globo, es todo un héroe de Verne. Hombre inteligente, simpático, lleno de recursos. Recuerdo todavía que una de sus primeras hazañas es hacer fuego concentrando los rayos de sol con las lunetas de su reloj. Mi tocayo me interesó, pero no me dieron ganas de imitarlo. Yo había resuelto, aunque medio soñando, ser escritor. Mi isla misteriosa debía ser la vida”.

Otra persona importante en su familia fue su abuela Juana Lynch, es de ella que Ciro escuchó las primeras historias, leyendas, mitos, canciones, etc. indígenas, ya que ella era hija de una indígena.

Entre lo narradores populares con los cuales Ciro se vio involucrado encontramos a Gaspar Chihuala, Pancho, Corcuera, Pablo Pizarro y quizá el más importante de todos Manuel Baca, ya que de sus relatos Ciro escribió “La Serpiente de Oro”.
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