domingo, 22 de noviembre de 2009

CIRO ALEGRÍA ADMIRADOR DE TROTSKY

Leon Trotsky

Perfil de un revolucionario

El proceso de la revolución rusa continúa abierto y lo estará todavía durante mucho tiempo. No se puede hablar de ella como de la francesa, a la cual la específica naturaleza de sus Conquistas y proyecciones, delimitó ya con netos contornos dentro de la historia. Esta revolución el año 17 libra aún su batalla, que será más dura en el momento en que decida campe por el mundo o cuando sus adversarios se le abalancen en un intento de ahogarla.

Creo necesario advertir de primera intención, a fin de que se perciba con claridad el tono exacto de mis palabras, que pertenezco a una generación que abrió los ojos ante el panorama Universal cuando la revolución rusa hacía algunos años que elevaba su alta llama en el horizonte. En vano nuestros maestros trataban de sugestionarnos y ganarnos para su causa confiriendo a su revolución, o sea a la francesa, la dignidad de la antorcha. Nosotros no la veíamos o, mejor dicho, queríamos ignorarla. La que nos alumbraba, la nuestra, erala rusa. Siguiendo su luz hemos caminado durante largos años. No ha sido un viaje exento de tormentas. Y así, es con tristeza y angustia que ahora pensamos en la muerte de León Trotsky.

Comenzando a escribir sobre él y al estampar la palabra “perfil” en el título, lo hice muy deliberadamente. En verdad, los límites de un artículo de revista resultan demasiado estrechos no digo para analizar sino que tan sólo para explorar los múltiples aspectos de una figura tan rica y poderosa.

Trotsky fue, en vida y obra, un hombre de pensamiento y un hombre de acción y, sobre todo, en la acepción más amplia del término, un revolucionario. Doy a este vocablo su cabal sentido de transformación. Enemigos de izquierda y derecha, en la campaña mundial de desprestigio emprendida contra Trotsky, han querido descalificarlo considerándolo como un hombre capaz de sueños. El expediente es viejo y pueril. La historia nuestra que la humanidad llama sueños a las realidades distantes.

No fue un soñador, decididamente. Lo prueban su fuerza dialéctica y su capacidad de acción. El, manejando el método marxista y una vez conseguida la victoria inicial dentro de Rusia, arquitecturó un plan revolucionario factible y cuya eficacia, en todo caso, es imposible negar a menos que se asuma, el papel de augur gitano. Antes, enfrentado a la acción fue factor decisivo en el golpe de Estado de octubre maestra de la técnica revolucionaria— en la organizar el Ejército Rojo y en las posteriores tareas constructivas.

Su ortodoxia ha sido considerada como falta de realismo. Permítaseme apuntar que, dentro del lenguaje revolucionario, realismo es una palabra peligrosa. Nadie puede, ciertamente, señalar sus límites y menos precisar el momento justo en que ella comienza a atentar contra el sentido mismo de la revolución. Si se trata, evidentemente, de modificar la realidad, un realismo que se ciñe a lo establecido y sirve a sus tendencias, no podrá operar con un impulso de veras transformador. Lenin decía: “Si la realidad es contraria a nuestro pensamiento, tanto peor para la realidad”. Ya oigo que los realistas, recuerdan, con un acento de triunfo, a la NEP. Más la nueva política económica no fue una desviación del espíritu revolucionario. Bien está que la acción inmediata exija, en ocasiones, acelerar o retardar el compás de la marcha, pero las premisas fundamentales no deben ser lesionadas. Así entendió el realismo Lenin y así lo entendió Trotsky. Combatiendo por hacer triunfar su concepto, ha vivido una existencia heroica de cuyo mérito está llamado a atestiguar el tiempo.

Ha de considerarse de modo especial su labor de escritor, pues en Trotsky, escribir era también una manera de actuar. No había nada de yerto ni inútilmente especulativo en sus páginas. Dueño de un estilo brillante, con una claridad expositiva y una habilidad polémica realmente extraordinarias, escribir le significaba combatir, atacar, defender, sembrar. En Una palabra, actuar. Su pensamiento trabajaba por hacerse acción cada día y es como un símbolo el hecho de que Trotsky haya muerto con el cráneo hendido por un golpe de pica. Estoy seguro de que, una vez que se acalle la vocingleria, Trotsky surgirá en la historia como un hombre que intervino con decisión y lucidez, en una gran parte de la jornada del mundo. No es poco decir y más si se considera que ahorro desprestigiados adjetivos.

En la contienda entre Trotsky y Stalin se han dicho muchas palabras inútiles y será muy rara la voz que haya hablado por encima de las necesidades subalternas de una u otra facción. De todos modos, el hecho de que Stalin ganara la partida a Trotsky prueba ya que es un luchador hábil. Con esto no aludo a las cruentas purgas moscovitas que hirieron de mala manera el corazón de los revolucionarios del mundo. Me refiero al tiempo en que ambos se enfrentaron dentro de la misma Rusia y Stalin venció. Pero la prueba de quién tuvo la razón no ha llegado todavía. Es posible que ante ciertas quiebras pequeñoburguesas y socialdemócratas, la idea ortodoxa de Trotsky cobre nueva beligerancia y que, aun sin reconocer que dentro de ella late el espíritu del caído de México, sea llevada a la vanguardia del combate.

AUTOR: CIRO ALEGRÍA BAZÁN
http://74.125.93.132/search?q=cache:yPvJeQC7InIJ:www.kaosenlared.net/noticia/ciro-alegria-perfil-revolucionario+marxismo+y+ciro+alegria&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=pe

Ciro alegría en el texto que escribe da a conocer su admiración hacia Trotsky, político y teórico revolucionario soviético de origen judío, lo describe como un hombre revolucionario que basándose en la doctrina marxista ideo un plan rebelde muy eficaz que lo llevo a la victoria rusa en un principio.

Ciro lo defiende de sus enemigos de izquierda y derecha, quienes lo titulan de “soñador” pero ¿soñar no es el principio para la lucha?; pues claro que sí Ciro apoyaba a Trotsky plenamente argumentando: “La historia nuestra que la humanidad llama sueños a las realidades distantes.” El soñar es natural en toda persona pero luchar por cumplir tus sueños, eso lo hacen pocos. Trotsky siguió tras su meta sin olvidar su porqué combatiendo contra muchos para aplicar sus ideales.

Otro aspecto que Ciro admira de él es su labor de escritor, quien a través de sus páginas sigue en lucha de sus ideales sin descuidar su estilo brillante y su claridad expositiva.

Finalmente asegura que Trotsky surgirá con el pasar de los años, cuando sus enemigos dejen de atacarlo, como un hombre decidido que lucho por sus ideales y aporto mucho a la cultura humana.

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